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Mostrando entradas de mayo, 2013

Buda, su papá y la felicidad

La historia de Buda siempre me fascinó. Hace unos días volví a ver la película “Un pequeño Buda” y me quedé pensando no sólo en Siddartha (el Buda) sino también en su papá y los caminos para alcanzar la felicidad. Cuenta la leyenda que el papá de Siddartha, el rey Suddhodana, había determinado que su hijo, recibiera la mejor formación posible para que, cuando llegara el momento de sucederlo, fuera un buen soberano. Ahora bien, como todos los que conocen su historia saben, el papá no se conformaba con eso, aspiraba a que su hijo fuera feliz. Para ello, decidió crear en el palacio y sus jardines, todas las condiciones imaginables para su felicidad. Hizo del predio un pequeño paraíso, lleno de lujos, alegría, belleza y confort. No permitió que los ancianos de la corte se acercaran a él, para que el príncipe sólo estuviera rodeado de gente joven y vital. Por otra parte, le prohibió salir del palacio, para que no conociera los males del mundo. De manera que Siddartha nació, crec

Efectos de un dogma

El hijo de una querida amiga, Pedro, de treinta años, quedó viudo recientemente, con un hijo de siete. Por cuestiones económicas y de cuidado del niño, decidió que lo mejor sería aceptar el ofrecimiento de su madre y mudarse a vivir con ella. La diligente y amorosa madre-abuela se abocó entonces a preparar todo lo que estuviera a su alcance para recibirlos. Buscó una escuela para su nietito, próxima a su casa, ya que el establecimiento al que concurría quedaba muy lejos de allí. En pocos días consiguió una vacante a media cuadra de su domicilio, en una buena escuela que tenía, además, la ventaja de tener doble turno. Muy conveniente debido a que tanto el papá como la abuela trabajan todo el día. Contenta con lo que había logrado, atendió el llamado telefónico de su hermana (tía de Pedro): -        Hola ¿cómo estás? – pregunta Petra (su hermana) -        ¡Bien! ¡Hoy pude anotar a Lucio en la escuela de la vuelta! -        ¿cómo? ¡¿LO VAS A CAMBIAR DE ESCUELA?!!!! –dice Pet

"¡¿Ladrones de energía?!"

Soledad regresó a su casa después del trabajo. Abrió su Facebook para distraerse un poco antes de la cena. Una foto del Dalai Lama llamó su atención. El título decía: “Los 10 ladrones de tu energía” y debajo de la foto se leía: 1.    Deja ir a personas que llegan para compartir quejas, problemas, historias desastrosas, miedo… etc. Dudó de que esas fueran las palabras exactas del Dalai, porque él habla siempre de la comprensión y la compasión entre los seres. Pensó en su compañera deprimida, por una reciente separación y en las largas charlas, en las que ella aliviaba su congoja. Según estos consejos ¿debería alejarse de ella? ¿Su compañera estaría “robando” su energía?. Pero lo cierto es que aunque por momentos se sentía un poco abrumada, sus conversaciones contribuían a profundizar la relación y a afianzar los lazos de confianza entre ellas. Más abajo, en inglés, otro post decía: “Keep people in your life that truly love you, motivate you, encourage you, and make you happ