Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2018

La voluntad para la práctica se va construyendo

Hace muchos años, una profesora de piano le dijo a mi hija: “tenés condiciones, pero si querés ser pianista tendrías que ejercitar al menos cuatro horas por día”. Mi querida hija continuó en el Conservatorio de Música por un tiempo, sin poder cumplir con esa expectativa. Le gustaba el piano, pero no podía dedicarle tanto tiempo y no sabía si por falta de voluntad o de energía. Frustrada, lo dejó  y siguió por otro camino. En mi experiencia, la mayoría de nosotros nos hemos encontrado con alguna aseveración semejante, al emprender algún aprendizaje o actividad, como por ejemplo, “hay que meditar veinte minutos todos los días” o “hacer gimnasia tres veces por semana”. Todos tenemos más facilidad para practicar ciertas cosas y no tanto otras. Contrariamente a lo que muchas personas creen, no existe siempre una relación lineal entre la vocación, la voluntad y la facilidad que tenemos para ejercitarnos. Podemos tener vocación e incluso facilidad para algo, pero poca voluntad pa

¿Te despertaste y no podés moverte?

Algunas personas al despertar, a veces, no pueden mover su cuerpo inmediatamente y tienen que esperar unos minutos para poder hacerlo. Debido a que he recibido varias consultas por este tema, que suele producir miedo (o incluso pánico) he querido compartir aquí mis conocimientos y experiencia al respecto, con la esperanza de llevar tranquilidad a quienes les sucede. ¿A qué se debe este fenómeno? Se han formulado todo tipo de teorías al respecto. Algunas sostienen que se debe a causas externas, sobrenaturales, de características benéficas o adversas, según el caso. Desde mi punto de vista, este fenómeno es más común de lo que suele creerse y no está, por lo general, vinculado a cuestiones sobrenaturales. En la gran mayoría de los casos se debe a un desfasaje que se producen en nuestra conciencia o en nuestra energía, que no tiene consecuencias ulteriores. Si lo vemos desde la perspectiva de la conciencia, tiene una explicación muy simple: lo que ocurre es que nuestra ment

¿Incurable?

Hoy leí en un diario la historia de Carmela ( https://www.clarin.com/sociedad/hija-comia-mundo-convirtio-abuela-90-anos_0_H1FzYdD0f.html ). La periodista cuenta cómo Carmela, a los 29 años, comenzó a padecer un cansancio extremo e incapacitante. Después de un año de transitar por diferentes consultorios, finalmente le dan un diagnóstico: Síndrome de fatiga crónica. El artículo mencionado se publicó con motivo del Día Internacional de la fatiga crónica, con la finalidad de dar a conocer la existencia de este síndrome, que no siempre es reconocido ni fácil de diagnosticar. Lo que en realidad llamó más mi atención no fue tanto la historia, ni las características de esta dolencia, sino las tres palabras que figuran después del diagnóstico: " no tiene cura" . Mi corazón y mi cerebro dieron un respingo. Hacía un tiempo había leído, por el contrario, que si se efectuaban cambios en determinadas actitudes y se suprimían ciertos alimentos, muchas veces se lograban revertir esto

El agradecimiento a veces viene después

Hace unos días a una querida amiga le entró una rata en su casa. Si hay algo a lo que ella le tiene pánico es a las ratas. Por más que hiciera de todo para calmarse, no lo lograba y tuvo que huir de su casa. Pasó esa noche en lo de su madre con la idea de volver por la mañana para repeler a la invasora. Armada de coraje, al día siguiente, fue a su hogar para tomar algunas medidas pero la invasora no cedió, permaneció. Las medidas que tomó no fueron efectivas. Así pasó toda la semana. De noche durmiendo en lo de su mamá y por las mañanas, antes de ir a trabajar, volviendo a su casa para tratar de desterrar al terrorífico animal. Tardó 6 días en liberarse de esa criatura. Mi amiga se sentía triplemente mal: por el terror primario que el roedor le provocaba, por sentirse débil para enfrentarlo (y tener que buscar ayuda para hacerlo) y porque, a pesar de su experiencia en meditación y sanación, nada de lo que hacía lograba serenarla: ni las meditaciones, ni los rezos ni todas las