Siete preguntas para el año nuevo - Por Caroline Myss
Prefiero ir por un camino de asombro, de esperanza y de posibilidades. Puedo ver con bastante
claridad que nuestro mundo gira en el caos y en llamas potenciales. Pero
soy también consciente de que necesito tomar mis propias decisiones sobre dónde
y cómo invertir mi consciencia, mucho más mi tiempo y mi energía creativa cada
día, y es en nombre de este tema al que dedico esta primera exposición del año. Pensé
en hacerte las mismas preguntas que nos hicimos en un grupo, con mis amigos más
cercanos al acercarse la medianoche de la víspera de Año Nuevo. Queríamos
generar una rica discusión entre nosotros. Queríamos remover nuestras
propias ollas internas, por así decirlo, para ver qué es lo que se estaba
gestando en nuestro interior. Al igual que un retiro espontáneo, de estilo
propio, seguimos estas preguntas de manera espontánea, que dieron como
resultado una nueva forma de pensar sobre la forma en que viajaríamos durante
el nuevo año.
Pregunta uno: ¿Qué esperas que sea diferente el próximo año respecto los
anteriores?
Esta fue una pregunta
muy estimulante, ya que requería que consideráramos, en primer lugar, si albergábamos
algo profundo dentro nuestro, si estábamos “esperando” algo, consciente o inconscientemente. ¿Esperábamos
un cambio en nuestro estilo de vida o una nueva relación, o en uno de los casos,
que finalmente se produjera un divorcio? Sin embargo, incluso antes de
abrir esa discusión, hablamos sobre la naturaleza misma de la esperanza. ¿Qué
es la esperanza y qué significa invertir esperanza en algo o decidir que algo no
tiene esperanza? ¿Tiene importancia, por ejemplo, sostener en tu corazón o
en tu mente la decisión valorativa de que en tu vida una situación no tiene
remedio?
Así que nos preguntamos
si teníamos alguna situación interna que ya hubiéramos considerado como
"sin esperanza" en nuestros corazones y, sorprendentemente, todos la
teníamos. Las situaciones que entraron en la lista de "desesperanzadas"
incluyeron relaciones que habían llegado a su etapa final y enfermedades en la
familia que estaban en la fase terminal.
Una amiga dijo, con una
voz triste, que se había dado cuenta de que, dada su edad, se sentía desesperanzada.
No se sentía positiva respecto de su capacidad de tener nuevas posibilidades en
su vida. Ella ahora tiene 67 años. Nos reímos y dijimos que 67 es el
nuevo 47, pero aún así, ahora que estábamos hablando sobre lo indecible del
envejecimiento, en una sociedad que es fóbica a la vejez, podíamos sentir cómo,
mientras ella liberaba sus sentimientos, por el campo psíquico se extendía su
sensación de desesperanza. ¿En qué debería invertir su esperanza, se
preguntó? ¿Debería abrirse a pensar que realmente podría conocer a alguien
y volver a enamorarse? ¿Debería atreverse a abrir esa
puerta? ¿Debería encender la esperanza en su corazón de poder salir de su patrón
conocido de aislamiento y encontrar una nueva comunidad de amigos?
Naturalmente, la
alentamos, ¿para qué sirve la gracia de la esperanza si no fuera para encender
los sueños de tamaño cósmico para despegar? Y, como uno de nosotros señaló
muy secamente, la desesperanza no es una alternativa viable.
Otra persona entre
nosotros esperaba seguir adelante con un divorcio. Ella había danzado en
torno a sus planes de divorcio durante años. Una vez más, nuestro miembro más
seco le recordó que esperar un divorcio rara vez llevaba a alguien a los
tribunales. Tenía que ayudar a la esperanza con el compromiso a la
acción. Luego agregó que él "esperaba" que esta querida amiga
siguiera adelante con su divorcio que, por cierto, hizo.
La esperanza es una
gracia poderosa, una fuerza potente que nos mantiene atravesando cambios que
simplemente creemos que no podemos soportar. Pero lo hacemos.
La desesperanza, por
otro lado, es devastadora. Creo que todos debemos reflexionar sobre si
hemos entregado inconscientemente partes de nuestros sueños a la categoría de
"desesperanzado" y, de ser así, permítanme animarlos a revisar esa
categoría en su corazón para asegurarse de que realmente quieran pensar en esa
parte de sus vidas de manera “desesperanzada" para siempre.
Pregunta dos: ¿Cómo quieres mejorar tu vida este año?
Las mejoras en nuestras
vidas no ocurren por sí solas. Es algo gracioso respecto de nosotros, los
humanos, que enmarcamos la dinámica de la vida de tal manera que imaginamos que
el cambio, en cualquiera de sus formas, llega a nuestra puerta, de alguna
manera. Es decir, no nos damos cuenta de cuánto tenemos que ser los
iniciadores de los cambios positivos que queremos ver llegar a nuestras vidas.
Yo, por ejemplo, a
veces me imagino que tengo uno de esos cuerpos tonificados que salen del
gimnasio después de un entrenamiento de dos horas. Este es el gimnasio al
que pertenezco, por supuesto, pero ¿voy realmente? Eso llevaría tiempo...
¿verdad? Entonces, aunque me gustaría mejorar mi cuerpo, ¿y quién no
querría mejorarlo?, una vez más, ¿qué estoy dispuesta a hacer para obtenerlo?
Todos discutimos sobre el
dilema de las mejoras que nos gustarían iniciar este año, y también sobre cómo y por qué nos
saboteamos en algún lugar a lo largo de la línea. Para mí, relacionarme
con el arquetipo del Saboteador es muy fácil, ya que las excusas me salen muy
naturalmente para no sacar a mi perro a dar largos paseos, cosa que le daría
mucha energía. En cambio, tiendo a hacer caminatas cortas porque siempre
estoy presionada por el tiempo.
Al final del día,
acordamos que cada año de nuestra vida estaba destinado o bien a desintegrar la
calidad de nuestra vida o bien a mejorarla de alguna manera. La elección
es nuestra, y es una elección. No elegir, simplemente dejar que las cosas avancen
con las mismas rutinas insatisfactorias de siempre, es una elección pasiva y
negativa que resultará en alguna forma de desintegración hacia el final del
año. Tener esto presente a principios de año resalta tu responsabilidad respecto
de cuán bien te cuidas y qué tan bien te preocupas realmente por ti mismo.
Pregunta tres: ¿Cómo deseas contribuir a que tu comunidad sea un lugar
mejor?
En mi experiencia, poca
gente piensa en su lugar dentro de la comunidad. Los padres pueden
involucrarse en las escuelas de sus hijos, pero las escuelas son solo una parte
de la comunidad. La comunidad está compuesta por las personas del vecindario,
las escuelas, las iglesias, los negocios locales y por el bienestar de tu
vecindario en general. Cuando compré mi casa hace unos ocho años tuve una
experiencia reveladora. Antes había vivido en una pequeña casa de pueblo
durante siete años, en el mismo vecindario, y durante ese tiempo solo había conocido
a uno de mis vecinos. Dos semanas después de comprar mi casa actual,
recibí la carta de un vecino que me daba la bienvenida al vecindario y me
invitaba a formar parte de un círculo de aficionados a la historia. Me
sorprendió la calidez de su carta y también que esa persona supiera de mi
pasión por la historia.
A medida que pasaron
los años, para mí fue importante sentir que empezaba a ser parte del vecindario. Me
gustaba conocer a sus habitantes, hablar con la gente cuando paseaba a mi perro
y saber los nombres de las personas que viven en mi cuadra. Gradualmente
sentí una responsabilidad creciente por interesarme en la política y en las
políticas del gobierno local y sobre las decisiones que afectan nuestras vidas en
la aldea que compartimos. Decidí mejorar mi compromiso con las acciones de
nuestro gobierno local, asistir a las reuniones de la junta comunitaria y
mantenerme al día respecto de todas las actividades que mis vecinos transmiten a
través de correos electrónicos. Si ellos dedican gran parte de su energía
a hacer de mi vecindario un lugar especial, entonces les debo otro tanto.
Pregunta cuatro: ¿Cómo quieres ser diferente para fin de año?
Esta es una pregunta
rica y que requiere, una vez más, de nuestra reflexión. No es una pregunta
a la que debas responder sin pensar seriamente, porque realmente estás
estableciendo un curso interno para ti. Piensa en esto: ¿Cómo quieres ser
diferente a como eres ahora? ¿Quieres liberar una adicción? ¿O
quieres haber resuelto finalmente un conflicto con alguien? ¿O quieres haber
aprendido algo sobre astronomía asistiendo a conferencias en el
Planetario? ¿O quieres desafiar tu forma de pensar sobre el Medio Oriente informándote
más sobre lo que acontece en esa parte del mundo?
O, ¿quieres ser una
persona más amable y reflexiva? Una de las mujeres del grupo dijo que para
fin de año, quería librarse de sus deudas. Muy justo. Los objetivos son
anclas poderosas para nosotros. Nos mantienen enfocados y nos dan un punto
central alrededor del cual tomar decisiones.
Pregunta cinco: ¿Qué vida quieres mejorar y cómo lo harás?
Esta es una pregunta
fascinante y nos tomó más tiempo que algunas de las otras preguntas, porque las
respuestas involucran a otros. Tienes que pensar en alguien más allá de ti
mismo, y decirte: "Estoy eligiendo conscientemente ayudar a esta
persona". Como muchos de ustedes saben, al entrar en la vida de otros debemos
tener cuidado y obrar con gran sabiduría. No es prudente irrumpir en la
vida de alguien, ofrecernos a hacernos cargo de sus problemas y luego
desaparecer. No es aconsejable ofrecer más de lo que puedes hacer.
Yo prefiero actuar de
forma anónima. Lo que siempre ha funcionado para mí es encontrar un niño
que necesite una beca y contribuir para apoyarlo. También soy muy buena
conectando a unas personas con otras, y ayudo a que se establezcan contactos con
aquellos que pueden asistir en los esfuerzos creativos. Nuevamente, hago esto
con cuidado.
Algunas personas tienen
tiempo para cuidar “uno a uno” a otra persona. Yo no. Mi camino es
diferente Cada uno de nosotros debe encontrar su propio camino, pero todos
las formas de ayudar contribuyen a mejorar el mundo.
Pregunta seis: ¿Cuáles son los cambios que se están desarrollando en tu
vida, con los que debes cooperar, y qué significa esto?
Una vez más, esta es
una pregunta muy personal para la reflexión. Si dices que nada está
cambiando en tu vida, entonces no la estás evaluando con la suficiente claridad
o profundidad, ya que el cambio siempre se está desplegando. Siempre transitamos
ciclos de muerte y renacimiento, crucifixiones y resurrecciones, finales y
nuevos comienzos maravillosos. Desde que se cruza un plan o un camino para
considerar, que sea necesario ver aunque no se lo siga, hasta arribar al
comienzo de una idea encantadora que tiene tu nombre escrito por todas partes,
tu vida presenta variaciones cada día sobre todos estos temas arquetípicos.
En nuestro grupo todos
presentamos tres ejemplos de cambios que se estaban desarrollando actualmente
en nuestras vidas. Hicimos luego una especie de microanálisis para
observar las relaciones entre las elecciones que hicimos, nuestros pensamientos
y sentimientos y los cambios que se produjeron. Es decir, cada movimiento
psíquico interno que hicimos, ya sea intelectual o emocional o en el silencio
de la oración, daban aire a los muchos cambios que estaban ocurriendo en
nuestras vidas. No podemos escapar de nuestra "unicidad". Por lo
tanto, ¿qué cualidades o actitudes deseas tener respecto de los cambios que se despliegan
ahora en tu vida?
Comprensiones como
estas, junto con preguntas que provocan nuestra reflexión, son las razones por las
cuales, dentro de las comunidades espirituales, la contemplación es vista como
una práctica esencial. Cuanto más consciente seas de toda tu
"actividad interna", más atención debes prestar a la calidad de tu actividad interna, lo que
nos lleva a nuestra última pregunta:
Pregunta siete: ¿De qué manera quieres profundizar tu vida espiritual?
Aquí, de nuevo, tienes
que responder esta pregunta por ti mismo. Pero te dejaré con esta idea:
una vida espiritual no es –repito no es- una experiencia mental o
intelectual. Es un viaje de oración, de contemplación, místico y reflexivo
que, de hecho, te saca de tu mundo mental. Tu mente es el último lugar
donde quieres estar mientras contemplas la naturaleza de lo que es real en tu
vida y de lo que es valioso. ¿De qué sirve tu mente cuando se trata de estas
preguntas? Has programado tu mente para decirte lo que quieres que te
diga. Tu mente está llena de los valores que le has puesto. ¿Qué
puede entender tu mente sobre las posibilidades del reino místico? Nada -
Así que sé salvaje y
maravilloso en tu camino espiritual. Enamórate del silencio y deja de
temerle. Deja de buscar las distracciones del sonido, de las llamadas telefónicas
y de las computadoras. Deja de intentar estar desesperadamente "conectado",
"desconectate" y, si puedes soportar la transición devastadora para el
ego de estar "des-internetizado", regresa al silencio y a la tranquilidad.
Luego pregúntate: “¿Qué
es lo que tiene valor para mí? ¿Realmente rezo? ¿Me siento cómodo en
mi piel espiritual? ¿Qué sé de Dios?
Eso debería funcionar …
Que tengas un comienzo
bendecido en este año nuevo.
Con Amor,
Caroline Myss
(Traducido por Eugenia Lerner)
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