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Mostrando entradas de 2018

¿Una simple pregunta?

© Eugenia Lerner Hay un tipo de  preguntas que contienen puntos de vista, sugerencias y opiniones  en su formulación. Sostienen de manera explícita o implícita, la perspectiva de quien pregunta: cómo ve una situación determinada, cómo define algún problema, qué tipo de solución propone, etc. Este tipo de preguntas se emplean frecuentemente en la comunicación, pero no siempre nos damos cuenta de todo lo que transmitimos cuando las realizamos.    Una paciente, que es abuela, me contó que su hijo reaccionó mal ante  una simple pregunta  que ella le hizo. El hijo le comentó que al día siguiente pasaría el día en casa de su ex esposa, para estar junto a su hijita, que se sentía mal. Como en ocasiones previas le había contado que la pasaba mal en casa de su ex, ella le preguntó: “¿y pensás que vas a sentirte bien en su casa?”. El hijo se enojó y la abuela quedó dolida y desconcertada, porque sólo había querido ayudarlo. Como todos sabemos, no siempre recibimos la respuesta esperada

Kaizen: un pequeño paso puede cambiar tu vida

¿Quién no ha soñado alguna vez con obtener grandes cosas, de manera inmediata y con poco esfuerzo? Si ese tipo de sueños se concretan en tu vida con frecuencia, quizás este método no tenga mucho sentido para ti. Si, en cambio, como a la mayoría de nosotros, te cuesta llevar adelante alguno de tus  objetivos más preciados, el Kaizen puede ser de gran ayuda. El método Kaizen es un proceso de mejora continua que, a diferencia de otros enfoques, propone la sumatoria de pequeñas acciones, simples, concretas y poco costosas en términos económicos y de esfuerzo, para obtener resultados. Kaizen es un concepto japonés que significa, precisamente, mejora continua . Está particularmente difundido en el mundo de la industria, porque es allí donde surgió, pero puede ser aplicado en cualquier contexto y en cualquier ámbito de la vida: para mejorar nuestra salud, nuestras habilidades, nuestras relaciones, nuestro trabajo o nuestra creatividad. Existen muchas formas de alcanzar nuestros objeti

Simpatía: no todo lo que reluce es oro

A mí me gustan las personas simpáticas y agradables, como supongo le ocurre a la mayoría de las personas. Pero creo que culturalmente hemos desarrollado una avidez por la simpatía que nos deja, a veces, expuestos a valorar más las formas que los contenidos. En mi opinión, desde que se creó el marketing, la publicidad masiva y la construcción de imagen hemos sucumbido , como cultura, a los encantos y a la seducción de lo agradable y atractivo, en donde prolifera una simpatía aparente, que no siempre es genuina. Si bien hay cada vez más consciencia sobre estos estándares, desde mi punto de vista, todavía nos queda un largo trecho por recorrer. Hace un par de semanas se descompuso mi heladera. Era sábado a la mañana y tenía el freezer lleno. Me propuse buscar un técnico que pudiera venir, de ser posible, ese mismo día. Hice algunas llamadas hasta que logré comunicarme con uno, que me atendió de manera muy agradable y me aseguró que vendría ni bien terminara con otro arreglo. Dos h

La voluntad para la práctica se va construyendo

Hace muchos años, una profesora de piano le dijo a mi hija: “tenés condiciones, pero si querés ser pianista tendrías que ejercitar al menos cuatro horas por día”. Mi querida hija continuó en el Conservatorio de Música por un tiempo, sin poder cumplir con esa expectativa. Le gustaba el piano, pero no podía dedicarle tanto tiempo y no sabía si por falta de voluntad o de energía. Frustrada, lo dejó  y siguió por otro camino. En mi experiencia, la mayoría de nosotros nos hemos encontrado con alguna aseveración semejante, al emprender algún aprendizaje o actividad, como por ejemplo, “hay que meditar veinte minutos todos los días” o “hacer gimnasia tres veces por semana”. Todos tenemos más facilidad para practicar ciertas cosas y no tanto otras. Contrariamente a lo que muchas personas creen, no existe siempre una relación lineal entre la vocación, la voluntad y la facilidad que tenemos para ejercitarnos. Podemos tener vocación e incluso facilidad para algo, pero poca voluntad pa

¿Te despertaste y no podés moverte?

Algunas personas al despertar, a veces, no pueden mover su cuerpo inmediatamente y tienen que esperar unos minutos para poder hacerlo. Debido a que he recibido varias consultas por este tema, que suele producir miedo (o incluso pánico) he querido compartir aquí mis conocimientos y experiencia al respecto, con la esperanza de llevar tranquilidad a quienes les sucede. ¿A qué se debe este fenómeno? Se han formulado todo tipo de teorías al respecto. Algunas sostienen que se debe a causas externas, sobrenaturales, de características benéficas o adversas, según el caso. Desde mi punto de vista, este fenómeno es más común de lo que suele creerse y no está, por lo general, vinculado a cuestiones sobrenaturales. En la gran mayoría de los casos se debe a un desfasaje que se producen en nuestra conciencia o en nuestra energía, que no tiene consecuencias ulteriores. Si lo vemos desde la perspectiva de la conciencia, tiene una explicación muy simple: lo que ocurre es que nuestra ment

¿Incurable?

Hoy leí en un diario la historia de Carmela ( https://www.clarin.com/sociedad/hija-comia-mundo-convirtio-abuela-90-anos_0_H1FzYdD0f.html ). La periodista cuenta cómo Carmela, a los 29 años, comenzó a padecer un cansancio extremo e incapacitante. Después de un año de transitar por diferentes consultorios, finalmente le dan un diagnóstico: Síndrome de fatiga crónica. El artículo mencionado se publicó con motivo del Día Internacional de la fatiga crónica, con la finalidad de dar a conocer la existencia de este síndrome, que no siempre es reconocido ni fácil de diagnosticar. Lo que en realidad llamó más mi atención no fue tanto la historia, ni las características de esta dolencia, sino las tres palabras que figuran después del diagnóstico: " no tiene cura" . Mi corazón y mi cerebro dieron un respingo. Hacía un tiempo había leído, por el contrario, que si se efectuaban cambios en determinadas actitudes y se suprimían ciertos alimentos, muchas veces se lograban revertir esto

El agradecimiento a veces viene después

Hace unos días a una querida amiga le entró una rata en su casa. Si hay algo a lo que ella le tiene pánico es a las ratas. Por más que hiciera de todo para calmarse, no lo lograba y tuvo que huir de su casa. Pasó esa noche en lo de su madre con la idea de volver por la mañana para repeler a la invasora. Armada de coraje, al día siguiente, fue a su hogar para tomar algunas medidas pero la invasora no cedió, permaneció. Las medidas que tomó no fueron efectivas. Así pasó toda la semana. De noche durmiendo en lo de su mamá y por las mañanas, antes de ir a trabajar, volviendo a su casa para tratar de desterrar al terrorífico animal. Tardó 6 días en liberarse de esa criatura. Mi amiga se sentía triplemente mal: por el terror primario que el roedor le provocaba, por sentirse débil para enfrentarlo (y tener que buscar ayuda para hacerlo) y porque, a pesar de su experiencia en meditación y sanación, nada de lo que hacía lograba serenarla: ni las meditaciones, ni los rezos ni todas las

El obstáculo es el camino

Hoy leí un comentario en Facebook que decía: “Cuando los caminos se nos llenan de obstáculos, seguramente es porque hay obstáculos en nuestro interior: miedos, preocupaciones, resistencias. Yo los llamo debilitadores de energía. Son muy tóxicos y nos invaden cuerpo y mente”. Pienso que estas aseveraciones pueden ser útiles para algunas personas, puesto que nos recuerdan que para transformar los obstáculos es necesario realizar un trabajo interior; pero en realidad, no concuerdo con esta perspectiva (que actualmente está difundida entre muchas personas que transitan caminos espirituales).  Antes de proponer otra perspectiva, me gustaría decir cuáles son mis discrepancias con las afirmaciones de Facebook antes mencionadas. La primera afirmación dice: “Cuando los caminos se nos llenan de obstáculos, seguramente es porque hay obstáculos en nuestro interior: miedos, preocupaciones, resistencias”. Lo primero que me surge al respecto es una pregunta: ¿existe la posibilidad de