Pere y Grino: la magia de alimentarse.
En unos días más Pere y Grino tendrían que pasar la prueba final para estar en condiciones de independizarse. Esta prueba consistía en obtener su propio alimento. Una vez que demostraran su capacidad de abastecerse por sí mismos, papá Hal y mamá Con prepararían la ceremonia de despedida. Luego, según la tradición, dejarían el nido. Pere, dado su temperamento aventurero, no veía la hora de explorar nuevos territorios. Grino más bien prefería ensoñar esas situaciones, en la comodidad de su hogar. Como tenían personalidades tan diferentes, también encaraban su entrenamiento de manera diferente. Pere practicaba muchas horas al día y ejercitaba su agudeza visual y otras habilidades físicas y mentales necesarias para cazar. Generalmente quedaba extenuado. Grino, en cambio, sólo utilizaba unos minutos diarios para estas cuestiones y el resto del tiempo lo pasaba jugando, descansando e imaginando que cazaba gordos pajaritos. Pero al parecer su sistema no estaba funcionando bien, porque hasta e...